Bienvenida a El Club del Té.
Hoy quiero hablarte de algo que parece simple pero es fundamental si amas el té: cómo conservarlo para mantener su frescura, aroma y sabor intactos.
Porque no hay nada peor que abrir un frasco de té que alguna vez fue delicioso… y que ahora huele a humedad, a rancio o a nada.
Así que ponte cómoda, prepara tu taza de té favorita y acompáñame, que hoy te cuento cómo cuidar tus tés como una verdadera sommelier.

¿Que afecta la frescura del té?
Primero, debes saber que el té es altamente sensible a las condiciones del ambiente donde está almacenado.
Sus principales enemigos son la luz, el aire, la humedad, el calor y los olores.
Aunque el té sea una hoja seca, está “viva” en el sentido sensorial: sigue respirando, oxidándose y absorbiendo todos los olores que la rodean.
Por eso te recomiendo que tengas mucho cuidado con las condiciones ambientales del lugar donde almacenas tu té.
Vamos a ver cuáles son:
👉 La luz: especialmente la solar y la fluorescente, degradan los compuestos aromáticos y las catequinas (los antioxidantes del té), y además la luz decolora las flores y las frutas.
👉 El aire: el oxígeno acelera la oxidación, haciendo que, en especial, los tés verdes y blancos pierdan color y aroma. Y si tu té es un blend, acortará el período de uso ideal, ya que el aire oxida no solo el té, sino también las esencias presentes en él.
👉 La humedad: es fatal. A partir de un 60% de humedad ambiental, el té empieza a absorber agua del aire y puede desarrollar hongos.
👉 El calor: acelera todos los procesos químicos indeseados, como las fermentaciones accidentales, especialmente en verano.
👉 Los olores en el ambiente: el té es un imán para los aromas. Si lo guardas cerca del café, es muy probable que tu té tome olor a café. Si lo guardas cerca de las especias, el té absorberá su olor y no es lo que queremos.
Por eso, conservar el té no es solo guardarlo: es protegerlo.
Hablemos de packaging para el té
El envase en el que almacenas tu té puede ser tu mejor aliado o tu peor enemigo. Así que presta atención a lo que viene. ¡Atención!
✔ Latas herméticas de doble tapa
Son las más recomendadas. Si son metálicas opacas, mejor. Evitan el paso de la luz y limitan el acceso del oxígeno.
Siempre recuerda utilizar un envase primario para que tu té no esté en contacto directo con la lata.
Si supieras con la mugre con la que vienen las latas de fábrica… ¡vienen llenas de grasa y polvo!
Por eso yo me tomo el trabajo de limpiarlas una a una, por dentro y por fuera, pero ¿crees que todas las tiendas de té lo hacen?
Como tu mentora a la distancia, te recomiendo que cuides siempre la higiene, porque eso es cuidar a tus seres queridos, a tu cliente y marca la diferencia entre una profesional y una improvisada.
✔ Frascos de vidrio oscuro con cierre hermético
Sirven solo si el vidrio es ámbar o negro, y si los guardas en un lugar oscuro.
Nunca almacenes té en frascos de vidrio transparente.
✔ Bolsas metalizadas con cierre zip lock
Son perfectas si compras a granel, pero asegúrate siempre de sacar el aire antes de cerrarlas.
✔ Bolsas de papel kraft sin recubrimiento
Dejan pasar la humedad y el aire. Evita usarlas para guardado prolongado. Son adecuadas solo si agregas un envase primario.
✔ Packaging profesional al vacío o con atmósfera modificada
Es lo más profesional: así se transportan y almacenan muchos tés premium de origen.
Si el envase está intacto, puedes conservarlos sin abrir durante años.

Ahora hablemos del ambiente ideal para guardar tu té
📦 Temperatura: lo ideal es almacenar tu té entre 15 y 25 °C.
Nunca guardes el té en la cocina, cerca del horno o cualquier fuente de calor.
Si vives en un lugar muy cálido, puedes guardar los tés verdes o blancos en el refrigerador, pero solo si están en un envase hermético y dentro de un recipiente secundario sellado, para evitar que entre humedad y los olores de la comida.
💧 Humedad: lo ideal es que esté por debajo del 50%.
Si vives en una zona muy húmeda, agrega dentro del armario donde guardas los tés una bolsita de sílica gel o un desecante natural (como arroz en un frasquito abierto).
La bolsita de sílica gel es ese sobrecito pequeñito que suele venir dentro de las carteras o con los productos electrónicos.
Contiene dióxido de silicio (SiO₂), que permite absorber la humedad del ambiente.
🌬️ Aire: cada vez que abres el envase, entra oxígeno.
Por eso, si tienes grandes cantidades de té, divídelo en paquetes más pequeños y abre solo el que uses a diario.
¡Atención! Te dejo algunos tips que nunca fallan:
- Etiqueta tus envases con el tipo de té y la fecha de compra.
- Usa pinzas limpias o cucharitas secas para manipularlo.
Nunca toques el té con la mano y jamás metas la mano dentro del envase: estarás incorporando tu humedad corporal, suciedad y hasta puedes contaminar el té con tu propio perfume. Recuerda siempre la higiene. - Si compras blends aromatizados, sepáralos de los tés de origen porque sus aromas pueden generar contaminación cruzada.
- Y si te enamoraste de un té que abriste hace más de un año y ya perdió aroma… úsalo igual para cocinar o aromatizar arroz o postres. ¡No lo tires!
Como ves, conservar el té fresco no requiere grandes procesos, sino cariño, observación y constancia.
Porque cuando cuidas tus hojitas, estás honrando todo el trabajo que hay detrás: desde la plantación hasta tu taza.
Así que la próxima vez que guardes tu té, hazlo con conciencia.
Piensa que en esas hojitas está el alma de la Camellia sinensis… y que su frescura depende mucho de ti.
Presidente & fundadora de El Club del Té
Escritora y especialista en Té


